Para abatir la inflación los consensos giran en torno a corregir el déficit fiscal y erradicar su financiamiento monetario, sincerar precio de la gasolina y servicios públicos, privatización de activos, mejora en la recaudación de impuestos.
Mencionó el
consenso en unificar el tipo de cambio a un nivel que estimule el sector transable,
sin descuidar la medición del impacto inflacionario que en gran medida ya ha
sido absorbido por el cálculo de una amplia gama de precios con base en el dólar
paralelo.
Habló de liberar primero el mercado cambiario para las importaciones
y luego para el sector financiero, así como de la gestión de financiamiento
externo para estabilizar tipo de cambio y atender compromisos de deuda externa.
Además de las medidas macroeconómicas y el levantamiento de los controles,
subrayó la importancia de generar confianza a través de una política de promoción
de inversiones y de la competencia.
A tales fines destacó que la capacidad
ociosa es gigantesca y la mano de obra es barata y eso atraería inversiones
para lograr la reactivación en muy corto plazo.
Para animar el debate planteó
las siguientes preguntas:
- ¿En qué estado está la banca, cómo reaccionaría ante la unificación cambiaria?
- ¿Cómo está el sector petrolero, cuál es su verdadera capacidad de respuesta?
- ¿Cómo traducir las propuestas macroeconómicas en la respuesta que esperan los hogares venezolanos?
- ¿Cuál es la respuesta alternativa discernible
ante la actual inercia gubernamental?