La propuesta
de dolarización para Venezuela ha generado un intenso e interesante debate.
La discusión ha permeado no solo círculos académicos, sino que ha
incorporado muchas voces distintas que comúnmente no participan en la discusión
entre economistas. Este es un desarrollo deseable en un país en el cual
muy a menudo el debate político se centra en personalidades y no en propuestas
de política.
Este artículo (https://prodavinci.com/la-dolarizacion-en-17-claves/) busca responder a algunas de las dudas que han surgido en torno a nuestra
propuesta de dolarización. La teoría económica y la evidencia empírica nos
proveen del instrumental necesario para abordar cada una de estas
interrogantes, y nos ayudan a tener una visión informada sobre las
consecuencias esperables de las opciones bajo discusión.
Cualquier propuesta
de política económica para Venezuela hoy debe estar enmarcada dentro de una
visión de transformación de un país que vive la crisis económica más profunda
documentada en la historia económica de América Latina. El régimen
monetario es apenas una de las dimensiones en las cuales se debe transformar la
economía. Nuestra propuesta de dolarización es parte de un programa de reformas
que abarca cambios radicales en la orientación de las políticas públicas con el
objetivo de transformar a Venezuela en una economía productiva con capacidad de
generar progreso sustentable para todos.
- ¿Qué objetivo se persigue con la dolarización?
El principal
objetivo de nuestra propuesta de dolarización es detener la hiperinflación.
A pesar de que hay otras estrategias de estabilización de precios, la
dolarización es la única que permite al Estado garantizar de forma
completamente creíble la reducción de la tasa de crecimiento de la oferta
monetaria. Los programas de estabilización a menudo fracasan al
enfrentarse al problema de credibilidad imperfecta: si los agentes económicos
no están totalmente convencidos de que el programa de estabilización va a
funcionar, entonces el gobierno se verá obligado a aplicar políticas
macroeconómicas contractivas para hacer cumplir su compromiso de estabilizar
los precios. La contracción económica resultante puede minar las bases del
ajuste, convirtiendo los temores sobre la credibilidad del ajuste en una
profecía autocumplida. La dolarización garantiza el fin de la
hiperinflación dado que resuelve de plano el problema de credibilidad
imperfecta de la política monetaria.
2. ¿Qué otros
beneficios trae la dolarización?
La
dolarización prohíbe el financiamiento monetario del déficit. Esto
aumenta el costo de mantener niveles de gasto insosteniblemente altos y puede
por tanto promover la disciplina fiscal. Al reducir la inestabilidad
esperada en el valor de la moneda, la dolarización permite tener tasas de
interés más bajas y desarrollar mercados de crédito de largo plazo. Al
reducir el riesgo cambiario, la dolarización disminuye la incertidumbre
asociada con transacciones comerciales y financieras internacionales. Además,
elimina la discrecionalidad del Estado sobre la asignación de divisas,
reduciendo así los incentivos a la corrupción. También impide al gobierno
mantener un tipo de cambio sobrevaluado y, por lo tanto, reduce la probabilidad
de las crisis de balanza de pagos que tienden a resultar de los episodios
prolongados de sobrevaluación.
3. ¿Cuáles
son los principales costos de la dolarización?
Al adoptar la
moneda de otro país, se pierde el control sobre la política cambiaria.
Por tanto, no se pueden llevar adelante ajustes en el tipo de cambio
nominal para asimilar choques externos, tales como una caída de los precios del
petróleo. Esto puede introducir mayor volatilidad en el ingreso si no se
aplican otros mecanismos para lidiar con estos choques. Además, la dolarización
lleva a que se sacrifiquen los ingresos asociados con la impresión de dinero
(conocido en lenguaje técnico como señoriaje) y puede llevar a perder la
capacidad de implementar política monetaria. Sin embargo, algunos países
dolarizados, como Ecuador, mantienen la capacidad de hacer política monetaria a
través de la acumulación de reservas internacionales, permitiéndole inyectar o
retirar dinero de la economía de acuerdo con las necesidades de liquidez de
ésta. Estas reservas internacionales son mucho menores a las que requiere una
economía no dolarizada.
4. ¿Cuándo
tiene sentido dolarizar?
Como en el
caso de cualquier decisión de política económica, la decisión de dolarizar o de
seguir otra estrategia de estabilización debe partir de la evaluación de sus
costos y beneficios. Para una economía en hiperinflación, la garantía de
lograr la estabilización de precios es uno de los principales beneficios. Al
sopesar los costos, es importante evaluar la probabilidad de que las políticas
cuyo control se sacrifica sean utilizadas correctamente si no se dolariza.
En el caso venezolano, las políticas monetaria y cambiaria durante las
últimas cuatro décadas han tenido fuertes sesgos procíclicos, y por tanto no
han contribuido a estabilizar las fluctuaciones económicas. Algunos
especialistas han argumentado que el número de monedas en el
mundo es demasiado alto y que los países en desarrollo en general deberían
adoptar monedas tales como el euro o el dólar. Nuestra visión es más
conservadora: pensamos que, en episodios de hiperinflación, los beneficios de
una estabilización segura combinados con los otros beneficios de la
dolarización pueden ser lo suficientemente altos como para contrarrestar los
costos asociados con perder el uso de ciertos instrumentos de políticas en el
mediano y largo plazo.
5. ¿Se puede
salir de la hiperinflación sin dolarizar?
Sí. Pero la
evidencia muestra que tratar de salir de la hiperinflación sin dolarizar puede
ser muy costoso en términos de tiempo y profundidad de la crisis. Las
economías latinoamericanas que no dolarizaron pasaron un promedio de 9 años en
inflación de tres dígitos o más antes de estabilizar. Venezuela sobrepasó el
umbral de los tres dígitos en inflación hace apenas tres años, lo cual sugiere
que si Venezuela no dolariza, podría pasar seis años más en hiperinflación.
6. ¿Qué
efecto tiene la dolarización sobre los compromisos financieros del gobierno?
La
dolarización per se no afecta el stock de los compromisos
financieros del gobierno. Cualquier política de sinceración cambiaria (sea
dolarización o unificación cambiaria) lleva a una disminución en la deuda
interna medida en dólares, pero esto debe ser interpretado más bien como una
sinceración del nivel de deuda. La dolarización reduce el costo del
endeudamiento interno porque permite bajar las tasas de interés reales. Esto puede
ser importante para un Estado que tenga un alto nivel de deuda interna o para
un Estado que busque recurrir al financiamiento interno en el futuro.
7. ¿La
dolarización implica usar los dólares que tenemos como medios de pago,
impidiéndonos usarlos para importaciones?
No. La
dolarización implica sustituir los bolívares actualmente en circulación por
dólares que hoy están en reservas internacionales. Las reservas internacionales
no se usan para pagar importaciones; se usan para respaldar los medios de pago
en circulación en la economía. Cuando el país sustituye estos medios de
pago por dólares, ya no necesita respaldarlos. Por eso, las economías
dolarizadas no tienen que tener reservas internacionales. Como apuntamos
arriba, algunos países dolarizados mantienen reservas internacionales para
hacer política monetaria, pero su nivel tiende a ser mucho menor de las de
países que tienen su propia moneda.
Por el
contrario, si la economía no dolarizase, entonces requeriría aumentar el actual
stock de reservas internacionales para evitar ataques especulativos a su moneda
al levantar el control de cambios. Los requerimientos de financiamiento
de una economía que necesita reservas elevadas para defender una paridad
cambiaria que funja de ancla al proceso de estabilización pueden terminar
siendo mucho mayores a los necesarios para dotar a la economía de medios de
pago.
8. ¿La
comunidad financiera internacional apoyará la dolarización?
El apoyo
financiero de los organismos multilaterales depende de la capacidad del
gobierno de presentar un plan de políticas creíble que permita restablecer los
equilibrios macroeconómicos fundamentales. El plan fiscal debe contemplar
déficits lo suficientemente bajos como para estabilizar la deuda en niveles
compatibles con el crecimiento económico sostenido. El apoyo de estos
organismos depende de la viabilidad del programa fiscal y no del régimen
cambiario que adopte la economía. La idea de que la dolarización no contaría
con el apoyo de la comunidad financiera proviene del error conceptual de pensar
que la dolarización implica asumir mayores compromisos externos.
9. ¿Qué pasa
con los salarios y con los precios durante la dolarización?
En una
economía con bajos niveles de inflación, el cambio de moneda no debería afectar
directamente los precios y salarios. Esto se debe a que los precios y salarios
se determinan como resultado del equilibrio en los mercados laborales y de
bienes, que son independientes del medio de pago. Pero la caída en la tasa de
inflación que se produce como resultado de la dolarización – o sea, la
estabilización de la economía – sí lleva a un aumento en los salarios
reales. Baumann (2000) en un estudio de 23 casos de muy alta inflación,
mostró que el fin de estos episodios está marcado por un aumento continuo en
los salarios reales, que lleva a recuperar todo el terreno perdido durante el
período de muy alta inflación.
10. ¿Por qué
suben los salarios al detenerse la hiperinflación?
La alta
inflación genera salarios bajos por tres canales. Al financiarse con
impresión de dinero, el gobierno genera sorpresas inflacionarias que llevan a
un deterioro de los salarios reales convenidos en los contratos laborales
basados sobre una inflación esperada más baja. La inflación también lleva a una
caída en el stock de capital y a una disminución en la oferta de bienes
intensivos en capital, aumentando su costo relativo al del trabajo. Y la
inflación produce una caída en la recaudación real y, por lo tanto, una
disminución en la capacidad de pagar el gasto público. Este último
efecto, conocido como el efecto Olivera-Tanzi, es muy importante en las
hiperinflaciones. La caída en la recaudación real proviene del rezago entre el
momento en el que se causan los impuestos y el momento en que se recaudan. Por
ello, es equivocado intentar inferir la capacidad de gasto del Estado después
de la estabilización sobre la base de la recaudación real obtenida en medio de
una crisis hiperinflacionaria.
11. ¿Pero si
los precios suben con la dolarización, cómo sabemos que estaremos mejor?
¿No tendremos salarios más altos, pero bienes más caros?
Sí, los
bienes aumentarán de precio después de la estabilización, pero los salarios
aumentarán más. La canasta de consumo de cualquier persona tiene dos
componentes: bienes transables (importados o que compiten con importaciones) y
bienes no transables. El precio en dólares de los bienes transables no
varía con el régimen cambiario, ya que es simplemente el costo de comprarlos
afuera y traerlos al país. El costo de los bienes no transables depende
directamente del salario. Por tanto, cuando aumenta el salario, el costo
de los bienes no transables sube proporcionalmente, pero el de los transables
no. Esto garantiza que el poder adquisitivo del salario aumente, porque las
remuneraciones suben más rápido que la canasta de bienes que contiene bienes
transables.
12. ¿Qué
nivel de salarios podría pagar Venezuela después de dolarizar?
Esto depende
de la estimación del Producto Interno Bruto (PIB) y de la carga fiscal.
La mayoría de las estimaciones del PIB venezolano lo ponen entre $100 y
$150 millardos. El gobierno central venezolano paga directa o
indirectamente (a través de transferencias a gobiernos subnacionales y entes
descentralizados) el salario de 2,6 millones de empleados públicos. A un
salario mínimo de $75, y manteniendo la relación actual entre salario mínimo y
compensación promedio del sector público implícita en el tabulador de sueldos
de la administración pública, la nómina del sector público ascendería a $8,6
millardos de dólares al año. Esto sería equivalente a aproximadamente
6-9% del PIB. Usualmente, la nómina del sector público cubre aproximadamente un
tercio del gasto del gobierno central. Por tanto, esta nómina sería consistente
con un nivel de gasto de alrededor de un quinto del PIB, que sería bajo para
estándares históricos venezolanos.
13. ¿Cómo
afecta la dolarización al déficit fiscal?
Cualquier
estrategia de estabilización exitosa elimina el efecto Olivera-Tanzi y por
tanto contribuye a un aumento en los ingresos fiscales reales, disminuyendo así
el déficit. Por tanto, la dolarización contribuye a resolver el problema
fiscal. Esta contribución debe ser complementada con reformas fiscales
adicionales, incluyendo ajustes en los precios de hidrocarburos en el mercado
interno y tarifas de servicios públicos, para asegurar sostenibilidad fiscal y
evitar una crisis de sobreendeudamiento. Ahora bien, los datos
venezolanos muestran que el gasto real del sector público ha disminuido en 83,5% durante los últimos cinco años, por lo
cual existe muy poco espacio para atender el problema fiscal a través de
mayores reducciones de gasto. Este fenómeno es típico de las economías
que entran en hiperinflación, donde se desarrolla un círculo vicioso en el que
la caída de ingresos producida por el efecto Olivera-Tanzi lleva a un desplome
en la capacidad de gasto.
14.
¿Restringe la dolarización el tamaño del sistema financiero?
No.
Venezuela tiene un sistema financiero pequeño, producto de dos décadas de
controles de cambio y tasas de interés que han atrofiado la intermediación
financiera. Medida en dólares o como porcentaje del PIB, la
intermediación financiera es baja. Para que el tamaño del sistema financiero
crezca, debe crecer la liquidez monetaria. En una economía dolarizada,
esto requerirá más dólares en circulación. En una economía no dolarizada, esto
requerirá un aumento en las reservas internacionales para respaldar los
bolívares adicionales en circulación. En cualquier caso, se necesitarán
más dólares. Ello tendrá que venir de financiamiento externo o acumulación de
superávits de balanza de pagos. Las restricciones al crecimiento del sistema
financiero no tienen nada que ver con el sistema cambiario que se adopte.
15. ¿Es la dolarización
conveniente para un país petrolero?
Es cierto que
los países petroleros pueden tener una alta volatilidad en sus términos de
intercambio, por lo cual el costo de no poder utilizar la política cambiaria
para ajustarse a esos choques es alto. Por lo tanto, un país petrolero
dolarizado debe contar con un fondo de estabilización macroeconómica que le
permita atenuar el efecto de los choques externos. Dado que Venezuela
arrancaría el proceso de dolarización con salarios por debajo de su nivel de equilibrio
– asumiendo, por supuesto, que la dolarización se adopte en el contexto de un
programa de reformas económicas que nos permita converger a salarios similares
a los de la región –, la probabilidad de que el país se enfrente en el corto y
mediano plazo a un escenario en el que los salarios sean proporcionalmente más
altos es baja. Por ello, el país tendría tiempo para acumular recursos en
el fondo de estabilización, así como para desarrollar las otras instituciones
que permitirán administrar la volatilidad externa.
16. ¿Qué
reformas legales son necesarias para dolarizar la economía?
Sustituir al
bolívar como moneda de curso legal requerirá una reforma del artículo 318 de la
Constitución. Ello implica la necesidad de un régimen transicional
mientras se aprueba esta reforma. Durante ese período, se debe permitir la
apertura de cuentas en dólares y la firma de contratos en dólares, y el BCV
debería ofrecer canjear bolívares por dólar a la tasa de conversión
establecida. Se debería también aplicar una caja de conversión para los
bolívares que queden en circulación, asegurando que no se puedan imprimir más
bolívares y que todos los que queden en circulación estén respaldados por
reservas internacionales. El hecho de que la economía se pueda estabilizar durante
el régimen transicional no implica que la dolarización sea innecesaria, porque
lo que logra estabilizar los precios es justamente la expectativa de que se
haga la transición hacia un esquema de dolarización completa.
Otra
alternativa legal, compatible con el artículo 318, es la adopción del dólar en
el contexto de un convenio de integración monetaria con otras economías
latinoamericanas que han adoptado el mismo esquema monetario.
Independientemente de los méritos legales de esta estrategia, la creación
de una autoridad monetaria común para economías dolarizadas puede tener mucho
sentido, por ejemplo para servir de prestamista de última instancia al sector
bancario de los países que participen.
17. ¿Qué
otras políticas hay que aplicar para que la dolarización funcione?
La
dolarización debe ser parte de un conjunto integral de reformas que permita
convertir a Venezuela en una economía capaz de generar crecimiento sostenido.
Este conjunto de reformas económicas debe partir de la reformulación de
la relación del Estado con la sociedad, permitiendo generar el marco
institucional e incentivos para que el sector privado se convierta en el
principal motor del crecimiento. El financiamiento externoy la reprogramación de los compromisos de deuda son partes
cruciales de esa estrategia, así como lo es el rediseño del marco institucional para la inversión privada en la
economía petrolera y no petrolera.